EVELYN WAUGH SE DEJA DESLUMBRAR POR LA ESTRELLA

En el curso de su periplo por el pasado, nuestra intrépida reportera espacio-temporal Eukene Etxebarria recaló la pasada semana en el Trinity College de un Oxford de varias décadas atrás. Su nueva víctima: el insigne Evelyn Waugh, autor del inolvidable Retorno a Brideshead.

En esta ocasión, no tuvo que desplegar Eukene sus poderosas dotes de persuasión a fin de obligar al inglés a la lectura de La Estrella. Bastó con que le mencionara el futuro que le deparaba a su preciosa isla tras el final del imperio y la pérdida de las colonias para domeñarlo y predisponerlo a unas horas de fino entretenimiento. El nombre de Thatcher todavía hace milagros e inspira Decadencias y Caídas…

Y noticia bomba: el fallecido literato encontró (o, más bien, reencontró) auténtico placer sumergiéndose en las páginas de La Estrella. Tanto que convidó a Eukene a una copiosa merienda de negros en señal de agradecimiento. Solo a los postres se atrevió ella a confesarle a él que el apellido de su protagonista, Waugham, era una homenaje a su persona tanto como a la de su contemporáneo Somerset Maugham.

Waugh + Maugham = Waugham, calculó el laureado mentalmente. No quedó muy satisfecho por el resultado de la adición, al parecer, pues salió pitando en dirección al excusado dejando a nuestra reportera con el solo recuerdo de la fotografía que le permitió tomar antes de la indigestión. A tu salud, Evelyn, y gracias por tus apócrifas palabras.

AGATHA CHRISTIE SOBRE LA ESTRELLA DE SAMARCANDA

Siguiendo la estela de la demoledora campaña de difusión de «La Estrella de Samarcanda», mi camarada Eukene Etxebarria se ha ofrecido amablemente a aportar su granito de arena. En su calidad de reportera espacio-temporal, se ha empeñado en registrar la repercusión que esta joyita de la novela contemporánea está teniendo en el pasado remoto.

Viajando a través del tiempo y la distancia, Eukene se está poniendo en contacto con algunos de los más notables literatos del siglo XX. Autores cuya obra ha supuesto, de un modo u otro, una considerable influencia en el proceso de escritura de «La Estrella».

Muy oportunamente, ha elegido como primera víctima a Agatha Christie, a quien obligó a punta de pistola a leer la opera prima de este vuestro humilde servidor. Superada la primera impresión, y tras una ininterrumpida lectura, la madre putativa de Hércules Poirot confesó que éste era, sin lugar a dudas, el mejor libro que habían sostenido sus ajadas manos desde «Asesinato en el Orient Express».

Asimismo, declaró que haría cuanto estuviese en esas mismas extremidades suyas por dar a conocer esta «new Star», en sus palabras. Lamentablemente, Eukene tuvo que recordarle que para cuando «La Estrella» vio la luz, la veterana escritora ya llevaba décadas fiambre y bajo tierra. Una lástima.

Por cierto, ¿se percataría la buena de Agatha de que el personaje de lady Westmacott está basado en ella? Confiemos en que no…